viernes, 17 de abril de 2009

CANCIONES: TRABAJANDO


Esta canción fue compuesta en la época en los grupos terroristas Sendero Luminoso y MRTA estaban activos en el Perú, dejando tras de sí un reguero de muertos, heridos y desplazados. Y eso se nota en la canción, con sus alusiones escépticas respecto a las soluciones armadas que, pretendiendo alivar el sufrimiento de oprimidos y marginados mediante sus estrategias violentas para la toma del poder, lo único que producen es más sufrimiento y una escalada insensata de la violencia. A fin de plasmar esto poéticamente, usé expresiones similares a las que se utilizaban en las canciones de protesta de fines de los '60 y los '70, muchas de las cuales exaltaban la lucha guerrillera y revolucionaria, rodeándola de un nimbo cargado de romanticismo e idealismo. La figura modélica era –¡cómo no!– el Che Guevara, poeta y guerrillero, muerto por tropas del ejército boliviano en la zona selvática del país surandino.

En los '80 algunos jóvenes y no tan jóvenes, provenientes principalmente del ambiente estudiantil universitario de izquierda, se unieron a la lucha armada, que fue perdiendo su hálito romántico a medida que se acumularon los muertos y salió a relucir el rostro sangriento del terror.

Pero la canción, una proclama de paz estremecida de dolor, es antes que nada una búsqueda de la presencia de Dios en el hombre que trabaja y que con sus manos ajadas se halla en contacto inmediato con el misterio telúrico de la existencia humana, donde Dios mismo hace sentir su presencia, comparte el sudor del trabajador y se identifica con su destino. Trabajando es una canción de amor y esperanza, que se sobrepone al sufrimiento con una actitud combativa, en el sentido de lucha por la paz y la justicia, cargada de poesía –inspirada en las letras de las canciones de Silvio Rodríguez, pero sin su carga ideológica–. Trabajando es un manifiesto poético a la vez que una declaración simbólica de principios, donde la búsqueda de Dios aparece como indesligable de la solidaridad con la condición humana en sus expresiones más auténticas en medio de situaciones cargadas de sufrimiento.

Como anécdota, les cuento que ésta fue la primera canción mía cuya composición tomó aproximadamente un mes. Para el resultado logrado valió la pena el tiempo invertido. Se halla entre mis mejores canciones.

En la versión de Takillakkta, es mi voz la que recita las últimas líneas, la única vez que se escucha mi voz sola en las canciones producto de las sesiones de grabación del año 1988.

En ese entonces, los representantes de la productora, el Instituto Cultural Teatral y Social (ICTYS), me solicitaron que acortara la canción, eliminando algunas estrofas, pues con una duración de casi 8 minutos no resultaba "comercial". Me negué rotundamente, sobre todo porque la canción constituía una unidad, donde todos los elementos estaban entrelazados y donde no podía faltarle a la letra nada de lo ya estaba. Los dos representantes de ICTYS, Guillermo Ackerman y Gonzalo Valderrama, partían de la idea de que todas las canciones –por lo menos las de Takillakkta– seguían el mismo esquema de estrofas + estribillo (o coro), donde, por lo general, cada estrofa es independiente en sí misma, no importando por lo tanto el numero de estrofas que se canta, pues casi no hay diferencia entre que haya una más o una menos. Trabajando es una canción que no sigue este esquema. Por lo tanto, eliminar algo de la canción no era simplemente acortarla, era mutilarla, desvirtuando su contenido musical y textual.

Finalmente, logré que se respetara la integridad de la canción, no sin que hubieran algunas discusiones ásperas de por medio, invitándoseme al desprendimiento y la humildad –y sumisión, por supuesto–, pues las canciones de Takillakkta estaban al servicio de la evangelización y, por lo tanto, yo debía renunciar a mis "frutos" (mis canciones) y no aferrarme a ellas tal como habían salido de mi inspiración, sino aceptar que fueran "ligeramente" modificadas a fin de cumplir con la misión evangelizadora de la institución católica a la que pertenecíamos. Supongo que en esas circunstancias se identificaba "cumplimiento de una misión" con "éxito comercial", para lo cual las canciones debían ajustarse a lo que le gusta a la gente y, como consecuencia, ésta se sintiera inclinada a comprar el cassette. ¡Realmente una curiosa ecuación!

No fue ésta la única discrepancia con la productora sobre las canciones que estábamos grabando. Quizás esto haya influido en que posteriormente se me separara del proyecto cuando habíamos grabado aproximadamente la mitad de las canciones e incluso fuera separado definitivamente de Takillakkta por órdenes superiores.

De lo único de lo que estoy seguro es que el tiempo me dio la razón. No obstante su longitud, Trabajando es una de las canciones más queridas y recordadas por aquellos que conocen el repertorio de Takillakkta.


TRABAJANDO

Voy recorriendo la redondez
del planeta humano,
sintiendo la mortal aridez
de un paisaje extraño:
anidando en cada corazón
los fantasmas del daño,
heraldos negros de división
socavando la paz

Y mientras va destilando hiel
la tierra profanada,
hay muerte de indiferencia cruel
en las mentes erradas:
unos que ciegos quieren estar
al dolor de su hermano,
mientras que otros quieren proclamar
razones de arsenal.

Yo ya no quiero
voltear la mirada,
yo nada espero
de la lucha armada.

Quiero ofrecerle
en cada hora
al hombre de carne
la luz de la aurora.

Para que el sol ilumine
la faz de un mundo que gime,
hay que amar trabajando.

Dame tu pala, minero,
para destrozar la roca dura,
para abrir humanas hendiduras
en los corazones de piedra.
Me hundiré en los negros socavones,
en hondones profundos del alma.
Cavaré hasta que brote la sangre,
hasta descubrir amor.

El trabajo es fuerte,
pero es camino
para el valiente
que oyó su destino.

Se cae a veces,
la frente sudando,
hay que pararse
y seguir trabajando.

Siempre brotará la fuente
que inunda nuestro presente
de libertad y esperanza.

Hazme un cántaro, alfarero,
para recoger el agua pura
que limpiará con su frescura
la frente del peregrino,
que nunca se instaló en sus sillones,
mientras tuviera que llorar
escuchando las tristes canciones
de la sufriente humanidad.

Dame tu hoz, campesino,
para cosechar el trigo
sembrado por los caminos
que transitó el luchador
que lanzó palomas a las brisas,
que nunca empuñó un fusil,
que marchó cantando en la milicia
de hombres que aman hasta morir.

¡Minero de profundidades!
¡Alfarero de ideales!
¡Campesino de eternidades!
¡DIOS!

Licencia Creative Commons
Esta obra de Martin Scheuch está bajo una licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.

5 comentarios:

  1. Una de las mejores de Takillakkta.
    No me imagino la cancion mutilada.
    Gracias por esta gran cancion

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  2. Yo tampoco me la imagino mutilada. De todos modos, se agradece tu agradecimiento, y gracias por comentar.

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  3. Despues de "oracion por el novenario", esta cancion prácticamente es única.

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  4. Efectivamente lo es. Marcó para mí un hito. Sin embargo, tengo canciones mejores que estoy buscando rescatar del olvido. Y una de mis mejores canciones, que bebe un poco del estilo de Trabajando, es una que compuse recientemente: Declaración de principios. Es incluso más larga que Trabajando. La puedes encontrar en este mismo blog.

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  5. Mi familia se vinculó al MVC a mediados de los 80s por lo que sería posteriormente el CP Sagrada Familia en San Juan de Miraflores. Desde muy niña esta canción me ha conmovido profundamente, para mi siempre fue la mejor. Actualmente ya no pertenezco al MVC pero sigo siendo católica.
    Saludos cordiales.
    Mayda Navarro

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