sábado, 31 de diciembre de 2011

INÉDITAS: CANCIÓN DE CUNA PARA MORIR


Pocas cosas hay tan tristes como la muerte de un niño al poco tiempo de nacer. Y más conmovedoramente triste aún, si ese recién nacido es la única hija muchacha de un hombre y una mujer que sólo han tenido hijos varones. Y pocas cosas tan hermosas como el amor que ese hombre y esa mujer le prodigan a esa niña, a esa palomita de alas raídas que sólo nació para irradiar su belleza tan intíma en ese lapso de tiempo irrecuperable, pero que deja una huella perdurable en el alma.

Esta canción está inspirada en un hecho real, que sucedió hace ya mucho tiempo. Se la dedico con mucho cariño a Vilma y Enrique, que supieron amar la fugacidad de una estrella.


CANCIÓN DE CUNA PARA MORIR

él y ella en su carne en espera
tarde fue, pero fuiste bella
él y ella amaron tu estrella
tan fugaz al alba
alma de luz
calma de tul
fragua de azul esperanza
luna de abril
agua febril
laguna de enagua mansa
cuna de miel
fruta sin piel
frágil ave sin poder volar

duerme, mi niña, duerme en la bruma
duele la astilla ante el sol que se esfuma
duerme mi espina en la flor de la espuma
duele la angustia al verte atardecer al nacer
y qué ha de ser
duerme, niña, en mi frontera que la rueda ha de girar
duerme, niña, en la escalera de la vida en fuga
hacia lo que fue amargura
ahora es ternura
canción de cuna
para morir

él y ella en color de dulzura
sólo ven tu espiga segura
él y ella te hicieron madura
para la cosecha
hecha de arroz
leche y calor
muchacha sabor de almíbar
grano de amor
ramo de sol
paloma de alas raídas
risa de Dios
brisa en adiós
trizas trizas en mi corazón

duerme, mi niña, duerme en la bruma
duele la astilla ante el sol que se esfuma
duerme mi espina en la flor de la espuma
duele la angustia al verte atardecer al nacer
y qué ha de ser
duerme, niña, en mi frontera que la rueda ha de girar
duerme, niña, en la escalera de la vida en fuga
hacia lo que fue amargura
ahora es ternura
canción de cuna
para morir


A continuación, una demo que grabé de la canción:


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martes, 27 de diciembre de 2011

INÉDITAS: PEDRO JOSÉ


Hay temas que resulta difícil tratar y que parecen inapropiados para ser abordados en una composición musical, sobre todo si se trata de la historia de un niño que nació para morir. El resultado sólo puede ser una canción triste, como la que ahora doy a conocer.

Pedro José nació un 30 de agosto de 2003. Murio al tercer día de nacido. Sus padres Lily y Gerardo, amigos míos, sufrieron mucho, y yo con ellos desde la distancia de vivir en continentes separados por un océano, tan inmenso como el dolor de ser testigos de una vida tan breve, tan inocente y a la vez tan fugaz. Como si la misión de Pedro José hubiera sido tan solo morir, para dejarnos con eso una inmensa lección de vida. Yo mismo le debo mucho a ese niño, pues la canción que le dediqué en ese entonces –y cuya inspiración le pertenece enteramente– es la primera que compuse en este destierro europeo. Siento como si me hubiera enseñado a seguir plasmando en poesía y melodía un don que nace de las raíces de mi propia vida, y que tengo el deber de seguir enarbolando como testimonio de amor y esperanza.

Lily ha contado la historia de Pedro José en Internet (ver AQUÍ). Yo la cuento ahora a mi manera.


PEDRO JOSÉ

Pedro José
era un niño que iba a nacer
iba a crecer
y dejar su recuerdo ayer
iba a creer
que la vida es fecundidad
que si es breve sólo hay que dar
que la muerte es florecimiento

Pedro José
fue lucero al anochecer
que se me fue
antes del nuevo amanecer
quizá tal vez
no fue tanta mi soledad
qué fugaz fue la eternidad
que fraguaste con tu alborada

Pedro José
tu destino de un día
fue florecer
al amor en la herida
llagada de mis sentimientos
hurgando el tormento
al sentirte
vivir y morir
al cumplir sólo dos mañanas
en la entraña
de esta extraña
tierra huraña
Pedro José

Pedro José
no te fuiste sin conocer
lo que es tener
el cariño de una mujer
al retener
en sus brazos al que se va
en su ocaso a peregrinar
de la muerte hacia el nacimiento

Pedro José
te dormiste en la cuna
y yo no sé
si te fuiste a la luna
a entregar otra vez tu ternura
y mostrar tu bravura viril
de vivir y morir
sin querer aferrarte al viento
ni al momento
pasajero
en mi lindero
Pedro José

Pedro José
era la noche oscura
cuando la fe
te velaba en la altura
de sus sinrazones benignas
mi carne en estigma
al vivir y morir
junto a ti
en estado de nueve otoños
con ensueños
de un retoño
sólo un niño
Pedro José

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A continuación, una demo que grabé de la canción:


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jueves, 22 de diciembre de 2011

INÉDITAS: NIÑO


No me ha sido fácil encontrar una imagen apropiada para este post, pues la mayoría de las representaciones del nacimiento de Jesús que conozco están teñidas de una especie de placidez burguesa preciosista, que oculta la humana grandeza de la irrupción de lo eterno en nuestra historia, si es que no la banaliza. Finalmente, me he decidido por el cuadro La Natividad (1912) de Emil Nolde, uno de los más eximios representantes del expresionismo alemán del siglo XX. En la imperfección de los trazos y la crudeza de los rasgos encuentro más profundidad humana que en muchas otras representaciones clásicas o excesivamente cargadas de folklore. Que no voy a negar que también encuentran lugar en mis gustos personales, pero que no encuentro adecuadas para acompañar esta canción navideña que compuse en el año 2001. No se trata de un villancico, sino de una especie de balada en que he incluido algunas imágenes crudas y desgarradoras, sin opacar el significado gozoso de esta festividad cristiana, tratando de evitar caer en la sensiblería fácil y barata que muchos asocian con la celebración navideña.

Como muchas de mis recientes canciones, tuvo un parto prolongado y una historia azarosa, pues fue presentada en un concurso de canciones navideñas donde parece que no gustó, dado que no se ajustaba al estilo ni a la temática de los villancicos tradicionales, y fue descartada en la primera ronda. No ha faltado quien me haya dicho que tiene algunas expresiones de mal gusto, impropias de una canción navideña.

Sin embargo, es una canción que me ha nacido de las entrañas y que me pone muy sensible cuando la canto. Pues me ha ayudado a que perciba a Dios como hermano cercano del barro y de lo frágil, de la nada y de lo efímero, de la ausencia y del dolor, del hambre y de la sed, del amor y de la ternura.


NIÑO

niño
fruto de la esperanza
en tierra de la ausencia
esencia
de la celebración que inciensa
la adoración de su presencia
como ninguna
sol en la cuna
bajo la luna luminosa
de nochebuena
suenan las campanadas
besando la alborada alada
como los labios de mi amada
como la paz de una ensenada
iluminada por las estrellas
y voces bellas
susurrando una canción

niño que alumbra
la sombra del hombre
y derrumba el escombro
de la podredumbre
y de la vieja herrumbre
bajo el derrumbe sin lumbre
de la costumbre insalubre
de la oscuridad

niño
nacido en el estiércol
de la miseria humana
mana
de un manantial su agua pura
para el pastor sediento
viento de la montaña
en la mañana
del nacimiento suyo
luz en el muladar

niño que avienta
la cal cenicienta
del alma sedienta
de faz macilenta
y revienta la fuente
regocijante y fulgente
en la vertiente viviente
de la inmensidad

niño que sana
la caña quebrada
y rebana la insania
de la maña humana
y enrumba la entraña
por la ventana del alba
hacia la aurora dorada
de la navidad


A continuación, una demo que grabé de la canción:

 

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domingo, 13 de noviembre de 2011

INÉDITAS: GILDEMEISTER


El 17 de julio del año pasado falleció Eduardo Gildemeister, cantautor católico a quien conocí personalmente. Si bien nuestros caminos se cruzaron en varias ocasiones y su manera de hacer música tuvo una influencia decisiva en mi manera de componer canciones –cosa que le agradezco enormemente–, nunca llegamos a cultivar una amistad cercana, aunque en algunas ocasiones durante la década de los '80 nos encontramos en el escenario, cuando a Takillakkta le tocaba presentarse en la misma ocasión que él.

Si bien padecía ya desde hace algún tiempo de una extraña enfermedad, su muerte fue imprevista y me causó una profunda impresión. Guardo de él un recuerdo como de un hombre bueno, de mirada sincera y soñadora, de carácter sencillo y conciencia recta. Tenía un profundo mundo interior que plasmó en sus canciones. Si bien estaba afiliado al Sodalicio de Vida Cristiana, nunca dejó que el lenguaje estereotipado ni los clichés musicales presentes en las canciones surgidas en el seno de esa institución conservadora católica influenciaran las letras de sus canciones ni su estilo musical. La sustancia de sus canciones provenía de su propia experiencia de vida, abierta a los detalles humanos de los acontecimientos cotidianos, y fue ajena a cualquier contenido ideológico.

Recientemente ha aparecido en la web una página dedicada a él, promocionando un compilatorio en CD de sus producciones musicales (ver AQUÍ). Esta página de homenaje, si bien le hace justicia y ofrece la posibilidad de poder contar por fin con el grueso de sus producciones en formato digital, también deja algunas preguntas abiertas.

Si se menciona decenas de composiciones inéditas que dejó –cuyas melodías constituyan probablemente un secreto que se llevó consigo a la tumba–, ¿por qué estos temas no encontraron difusión cuando él estaba todavía en vida? ¿Por qué el Instituto Cultural Teatral y Social (ICTYS), una entidad fachada del Sodalicio, dedicada entre otras cosas a la difusión de CDs musicales de contenido cristiano, no hizo los esfuerzos necesarios para hacer conocidas estas canciones? Si bien en los '80 ICTYS publicó en cassettes algunas de las pocas producciones de Gildemeister, ¿porque no fueron publicadas posteriormente en CD cuando el cantautor todavía estaba en vida, como sí se hizo con los cuatro primeros cassettes de Takillakkta, además de publicar CDs como la Misa Andina de Takillakkta, Señor, escucha mi oración de Canto Nuevo y Es el Señor de Duc in Altum –por mencionar algunos–, integrados mayormente por canciones mediocres, a las cuales se les dio preferencia por encima de lo que Gildemeister pudiera ofrecer? De hecho, la única producción en CD de Gildemeister fue lanzada en el año 2001 por Industrias Eléctricas y Musicales Peruanas S.A. (IEMPSA) y no por ICTYS.

Pocos días después de su muerte me vino la inspiración para componerle una canción de homenaje, expresando lo que significó para mí su breve paso por la vida, para mí que también compongo canciones nacidas de las huellas que imprime la vida en mi experiencia personal, a la vez que busco el tiempo necesario para grabarlas artesanalmente a fin de que no sean arrolladas por el tren del olvido. Y ahora que se ha ido alguien de mi generación, el querido Lalo, siento que la muerte toca a la puerta para acompañar con su oscuro aliento los pasos que me quedan por recorrer en esta vida. 

Mientras tanto, espero que a quienes me lean les guste esta canción, que tiene la intención de preservar del olvido la figura de un cantautor y maestro de profunda y sencilla humanidad, grande por encima de cualquier adscripción institucional e incluso pese a ella –diría yo–.


GILDEMEISTER

yo qué sé
por qué el árbol se muere de pie
y el cantor tiene que padecer y caer
y dejar una estela fugaz en la sal
que amortaja la mar

yo qué sé
por qué sigo viviendo y no él
por qué sigo cantando en la piel del ayer
madurando recuerdos de cal y de arena
en mi soledad

sólo sé
que no hay cartas para el coronel
capitán que se hundió en su bajel
y aún me duele
y me cuesta entender

dónde vuelan sus manos aladas
dónde trinan sus cuerdas calladas
dónde está su mirada
dónde su voz

donde juega sus fichas marcadas
el destino que me sabe a nada
dónde está su calzada

que quiero andar
y caminar
y luchar por la verdad
codo a codo trabajar
ser heraldo de la paz
como Eduardo en su cantar

yo qué sé
por qué el cielo parece al revés
cuando el ángel cosecha la mies y tal vez
sea sólo su muerte anunciada que yerra
de hora y lugar

yo qué sé
por qué al fin tuvo que suceder
ni siquiera era tarde en su sien y se fue
a poblar con su ausencia cansada las calles
de otra ciudad

sólo sé
que el amigo del amanecer
no verá a sus retoños crecer
y eso duele
y cuesta entender

dónde sueña su gesta encantada
dónde canta el amor a su amada
dónde está su guitarra
dónde su adiós

dónde hilvana su ultima historia
dónde araña el dintel de la gloria
dónde está su memoria

que quiero andar
y caminar
y luchar por la verdad
codo a codo trabajar
ser heraldo de la paz
como Eduardo en su cantar


A continuación, una demo que grabé de la canción:


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miércoles, 7 de septiembre de 2011

INÉDITAS: EL ARZOBISPO Y EL PRESIDENTE

Guardo todavía fresco en mi memoria el recuerdo de unas imágenes propaladas por la televisión peruana el 28 de julio del año 2000: el cardenal José Luis Cipriani, arzobispo de Lima, recibiendo al entonces presidente Alberto Fujimori en la Catedral para el Te Deum por la nueva asunción de mando –Fujimori habia ganado por tercera vez las elecciones, en un proceso fraudulento y tramposo–, intercambiando ambos saludos y sonrisas cordiales, como si de dos viejos amigos se tratara, mientras el centro de Lima estaba siendo convulsionado por disturbios, en que manifestantes fueron atacados con bombas lacrimógenas y palos por la policía y que terminaron con el incendio y destrucción del Banco de la Nación, además de daños en los edificios del Jurado Nacional de Elecciones y el Palacio de Justicia, perpetrados por agentes del Estado infiltrados entre los manifestantes, como posteriormente se supo. Parece que al cardenal Cipriani sólo le interesaba mantener buenas relaciones con el régimen de turno, pues mantuvo un silencio absoluto en lo referente a los crímenes y escándalos de corrupción de la dictadura fujimorista.


La historia se ha vuelto a repetir con el gobierno de Alan García. Respecto a los 93 muertos –sin contar los heridos– habidos durante conflictos sociales mal manejados por el último gobierno de García durante un periodo de cinco años, el arzobispo ha persistido en su silencio, así como no ha dicho nada sobre los más que evidentes escándalos de corrupción que han salido a la luz.

¿Que la Iglesia no debe meterse en política? Esta frase ha sido muchas veces mal entendida, pues la Iglesia tiene el deber de levantar su voz cuando por parte de los poderes políticos hay conductas escandalosas contrarias al mensaje de los Evangelios y que causan agravio y perjuicios a las personas y a los pueblos. Ahí está el caso de Mons. Oscar Arnulfo Romero, asesinado por denunciar los crímenes del gobierno en El Salvador y ponerse del lado de los más desfavorecidos de la sociedad. Entre hacer esto, arriesgando la propia vida, y ser cómplice de los negocios sucios de un Estado mediante el silencio –sazonado con cordiales apretones de mano y sonrisas generosas con el gobernante de turno–, hay una gran distancia.

A esto se suma que el cardenal Cipriani, durante las últimas elecciones en el Perú, tomó partido por Keiko Fujimori, la hija del dictador Fujimori, a través de declaraciones que no dejaban ningún lugar a duda. Además de que una vez se sirvió de las misas dominicales en su arquidiócesis para que se leyera en público un mensaje de defensa contra los "agravios" hechos por Mario Vargas Llosa contra su persona, cuando en los artículos referidos del ganador del Premio Nobel sólo había críticas legítimas al arzobispo de Lima y nada que constituyera propiamente un agravio ni contra él ni contra la Iglesia –a no ser que se considere como tal una legítima diferencia de opinión–. Es curiosa esta manera de intervenir en política por parte de un eclesiástico que debería mantenerse neutral, a lo más proponer algunos principios para ayudar a emitir un voto en conciencia, y no manifestar su preferencia por un candidato, por motivos además discutibles. Aquello de que la Iglesia no debe participar en política es interpretado a veces según las propias conveniencias personales.

Lo más indignante –para mí la gota que colmó el vaso– han sido las palabras elogiosas que tuvo Cipriani hacia el presidente Alan García cuando estaba ya finalizando su gobierno, pronunciadas durante su programa de radio el 23 de julio del 2011:
"Me gustaría hacer una reflexión. Agradecer al presidente Alan García. Creo que ha trabajado con intensidad y mucha muy buena voluntad. El tiempo irá haciendo ver con mucho más amplitud la obra que se ha hecho...

Más allá de las encuestas, me parece que se termina un periodo importante y bueno. La relación con la Iglesia ha sido de respeto. La relación en general con el país ha sido de mejora y de crecimiento. Siempre hay cosas pendientes, como en todo lugar, pero no seamos aguafiestas de echar encima todo lo malo que uno tiene en la cabeza, porque no es justo."
Todo ello ocurría pocas semanas después de haber bendecido la estatua del Cristo del Pacífico el 29 de junio del 2011, durante la ceremonia de inaguración. Esta estatua fue mandada construir de improviso por el presidente Alan García sobre un terreno considerado intangible por su valor histórico. No obstante, el presidente obtuvo sospechosas autorizaciones del Ministerio de Cultura y de la municipalidad local en tiempo récord, sin que conste que se hayan hecho estudios previos de índole cultural, arquitectónica, urbanística, de seguridad ni de ninguna especie. La mayor parte de los costos fueron asumidos por Odebrecht, contratista del Estado, empresa brasileña involucrada en numerosos casos de corrupción a nivel internacional.


La misma estatua es de factura barata ("resina de polyester camada sobre estructura metálica") y de dudosa calidad artística. Aun cuando todo era como para sospechar, el cardenal Cipriani no dudó en avalar la cuestionable e inconsulta iniciativa de Alan García –"es una iniciativa muy buena, de un Cristo del Pacífico muy bueno a un pueblo que lo ha recibido con mucha alegría"– y decidió honrar con su presencia el acto de inauguración, además de cubrir otra vez con un manto de silencio cualquier duda sobre la probidad del presidente García. Pues, como el mismo arzobispo diría posteriormente, "echar encima todo lo malo que uno tiene en la cabeza... no es justo".

Yo, como católico creyente por convicción, he sentido una enorme vergüenza ante los dichos y hechos del pintoresco arzobispo de Lima, y he creído conveniente dar rienda suelta a mi fastidio, dedicándole una canción a esta ambigua relación de respeto que ha habido entre el arzobispo y el presidente. No vaya a creerse que se trata de una canción anti-católica, pues aquí hay que hablar como Juana de Arco, quien ante la afirmación "la Iglesia te condena", pronunciada por los jueces eclesiásticos que la condenaron, respondió: "los hombres de Iglesia no son la Iglesia".

  

Quiero publicar esta canción como un acto de legítima indignación frente a un pastor de almas al cual yo no percibo como representante digno de la Iglesia, aquel Pueblo de Dios peregrino del cual yo formo parte y que busca seguir las huellas de un Jesús comprometido con los hombres y la justicia del Reino de Dios, y como un homenaje de amor al pueblo sencillo que sigue sufriendo mientras los poderosos hacen componendas entre sí para su propio beneficio.


EL ARZOBISPO Y EL PRESIDENTE

quiere el arzobispo
una efigie de almacén
coronando un risco
de arena y oropel

tiene el presidente
su ego en un cartel
tiene un expediente
de sangre y de cuartel

el arzobispo asiente
al olor del muladar
elogia al presidente
y su Cristo frente al mar

cena el arzobispo en un recinto miltar
con el presidente que ha dejado asesinar
a mi pueblo, a mi pueblo querido
a mi gente de barro y olvido
al paisano, al obrero, al caído
al anciano, a la mujer y al niño
al minero, al país campesino
al indígena y al peregrino
al enfermo, al distinto, al perdido
a los hombres que son mis amigos

tiene el arzobispo
un aire a rigidez
un talante arisco
y modales de marqués

tiene el presidente
costumbres de doblez
cada vez que miente
y miente cada vez

el arzobispo tiene
un instinto comercial
encomia al presidente
como hombre muy cabal

cena el presidente en el palacio arzobispal
con el arzobispo que ha olvidado respetar
a mi pueblo, a mi pueblo querido
a mi gente de barro y olvido
al paisano, al obrero, al caído
al anciano, a la mujer y al niño
al minero, al país campesino
al indígena y al peregrino
al enfermo, al distinto, al perdido
a los hombres que son mis amigos

cree el arzobispo
que mora en un vergel
nunca ha padecido
de hambre en su dintel

tiene el presidente
figura de tonel
tiene el pueblo dientes
y nada que morder

el arzobispo rinde
su verbo al capital
alaba al presidente
en su emisión radial

se ha ido el presidente, otro ocupa su lugar
se queda el arzobispo que jamás quiso escuchar
a mi pueblo, a mi pueblo querido
a mi gente de barro y olvido
al paisano, al obrero, al caído
al anciano, a la mujer y al niño
al minero, al país campesino
al indígena y al peregrino
al enfermo, al distinto, al perdido
a los hombres que son mis amigos


A continuación, una demo que grabé de la canción:

 

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Esta obra de Martin Scheuch está bajo una licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.

DEMO: USTED

Esta canción ya se encuentra en el blog desde el año 2009 (ver AQUÍ). Y si bien tiene un significado general que puede ser comprensible y apelante para cualquiera, en realidad se inspiró originalmente en una persona, Luis Fernando Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, a quien llegué a conocer personalmente.

Debo agradecer a Luis Fernando por haberme inspirado esta canción, tras largos años en que prácticamente no compuse nada y estuve haciendo cuentas con mis propios demonios interiores. Tras haber conseguido una libertad labrada al vaivén de golpes del destino y que me ha acercado mucho más a mis congéneres humanos y a Dios, llegaron para sobrevolar mi inspiración las intuiciones que se han plasmado poéticamente en este tema. Por fin he podido grabar una demo, que está disponible AQUÍ.

La canción está bajo una licencia Creative Commons que permite su distribución, difusión e interpretación tanto comercial como no-comercial, siempre y cuando se mencione al autor y no se le hagan modificaciones no autorizadas.

lunes, 5 de septiembre de 2011

INÉDITAS: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS


Nuevos vientos recorren el mundo generando inquietud y despertando las conciencias. Una primavera de revoluciones juveniles no violentas eclosiona en voces de protesta contra un sistema violento que tiene como credo la ganancia a toda costa y necesita de víctimas, incluso mortales, para seguir subsistiendo. Me siento identificado con esos jóvenes "indignados" que desde España, Portugal, Grecia, pasando por Israel y el mundo árabe, hasta Chile, hacen sentir su inconformidad con los valores burgueses de una sociedad capitalista que ha perdido el horizonte y sólo favorece a unos pocos privilegiados a costa de las grandes mayorías.

La canción que ahora presento es mi ofrenda para esos jóvenes. La comencé a componer en febrero del 2010 por motivos ajenos a todas estas circunstancias. Me demoré como un año y medio en terminarla. A lo largo de ese tiempo se ha ido expandiendo desde mi experiencia personal hacia las aspiraciones de los movimientos juveniles a nivel mundial y ha adquirido las características de un himno a la libertad para ser cantado por los pueblos de todas las latitudes del planeta.

Debo confesar que en parte hallé mi inspiración en la canción "Libre" que interpretara Nino Bravo, y que dice:

Libre,
como el sol cuando amanece yo soy libre,
como el mar.

Libre,
como el ave que escapó de su prisión
y puede al fin volar.

Libre,
como el viento que recoje mi lamento y mi pesar,
camino sin cesar detrás de la verdad
y sabré lo que es al fin la libertad.


Esta canción de más de 9 minutos es la más larga que he compuesto hasta ahora.

Quiero dedicarle esta canción a mi hermano, hombre bueno y sincero, a quien le guardo un cariño entrañable y a quien respeto de todo corazón.



DECLARACION DE PRINCIPIOS

yo no quiero que me digas
que más pesa la barriga
de un señor en pedestal
que mis sueños de cristal

yo no quiero que me pidas
que incinere las heridas
del recuerdo en el fanal
de una historia sin final

sólo quiero que me oigas... compañero
que ya es hora de pisar otros senderos
y dejar el vertedero
que lucía su oropel
y arrugaba su pescuezo de papel

yo no quiero que me sigas
cotejando con la hormiga
que abandona su nidal
por afanes de panal

yo no quiero que me impidas
cosechar mi propia espiga
amanecida en el trigal
y ofrecida para el pan

sólo quiero que confíes... compañero
en las manos que resguardan los luceros
y en los melocotoneros
que atesoran la estación
de una primavera a punto de erupción

bailaremos con locura por las calles
colgaremos las estrellas del balcón
dormiremos en las grutas que cavara mi pasión
y seremos trashumantes de la estera y el arroz
caminantes sin otro destino
que la fuente del vino y del color
estudiantes pateando caminos
escupiendo al rostro porcino
falsario y cansino
de un banco impasible

otro mundo será posible
si de otro calibre
son nuestras primicias

yo no quiero que permitas
los silencios de las mitras
las renuncias al sabor
de la vida en eclosión

yo no quiero que repitas
las consignas manuscritas
de los viejos sin perdón
que asesinan al cantor

sólo quiero que bendigas... compañero
los augurios de los nuevos mensajeros
extranjeros de lo exiguo
pasajeros sin andén
revolucionarios a flor de la piel

soñaremos con las tumbas de los dueños
juntaremos las virutas del limón
pintaremos cada ruta con aromas de melón
sumaremos cada fruta que madura en rebelión
rezumando furor y esperanza
en las danzas de mi generación
empujando el amor como lanza
exhumando las remembranzas
de antiguas matanzas
en nuestra memoria

es posible armar otra historia
sin mierda ni escoria
ni muerte a deshora

quiero invitarte a la vida... hermano
y a caminar juntos lado a lado
y perdonar lo pasado
quiero rendirle homenaje
a ese gran personaje
que fue Nino Bravo

libertad, libertad
queremos libertad
respiramos una aurora de emociones
cuando no hay dictadores
jugando a gobernar
cuando el pueblo se pone
de pie para luchar
contra los esturiones
saqueadores de la dignidad
arrancando de los tiburones
privilegios de puro y gabán

que viva la vida
que muera la muerte
arriba la suerte
del trabajador
obliga la orilla
de nuestra vertiente
a mirarle el diente
al explotador
de la gente risueña
de miel y de avena
espuma serena que se vuelve
rugiente y efervescente
cuando le quitan el sol
cuando le irrigan las venas
con sangre y arena
nacidas de la indignación
rompiendo cadenas
buscando la solución
dudando de las condenas
que urdieron las hienas
en su socavón

libertad, libertad
queremos libertad
perfilamos una euforia de ovaciones
cuando hay revoluciones
a punto de empezar
cuando los camarones
no duermen y remontan
así la corriente
recobrando lo que el capital
destruyó con metal tintineante
y promesas de nunca acabar

que brille la hebilla
del vientre insurgente
que escriba en su frente
su credo en vigor
no encuentra la silla
cabida en lo urgente
quien se sienta pierde
y muerde el cartón
que le frunce su almohada
y revoca su entrada
no sirve de nada
esperar que los buitres
tiendan calzadas
y alarguen su tenedor
hay que estrechar cucharadas
que son cuchilladas
lo que nos deparan
las águilas invasoras
que sobrevuelan la mar
sin sospechar que las olas
les tuercen la cola
y ahogan sus ansias
de dominar las naciones
con pretensiones de paz
queremos paz verdadera
y no madrigueras
de fieras que arrasan
la flora de las laderas
la fauna en insumisión
hay que meter en vereda
con cuerda y madera
a las viejas retóricas
de los cuervos bribones
que arruinan toda ilusión
tenemos nuevas canciones
y proposiciones
cargadas de amor
y de pólvora en agonía
polvo que agarra calor
tenemos la poesía
y la fantasía
a nuestro favor


A continuación, una demo que grabé de la canción:


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