domingo, 25 de enero de 2009

ORÍGENES DE TAKILLAKKTA

Foto: Takillakkta en el concierto de su 25 aniversario

Transcurrido más de un año desde que abriera este blog a fin de compartir mis reflexiones sobre música, canciones y fe cristiana, sin haber posteado nada, me he animado finalmente a hacerlo.

Uno de los motivos principales es preservar las canciones que yo mismo he compuesto, 23 de las cuales han sido interpretadas y grabadas –no siempre afortunadamente– por Takillakkta, conjunto musical de base folklórica andina, del cual yo fui uno de los miembros fundadores.

Takillakkta ("canto del pueblo" o "el pueblo que canta" en quechua) estuvo conformado en sus inicios por Alejandro Bermúdez (zampoñas, 1ra. voz y líder del grupo), yo, Martin Scheuch (guitarra y 2da. voz), Ricardo Trenemann (charango y 2da. voz) y Mario "Pepe" Quezada (bombo).

Al principio interpretábamos covers instrumentales de Savia Andina y algunas canciones que yo mismo había compuesto, con letras de contenido cristiano, relacionados con la vivencia popular de la fe en América Latina. También habíamos tomado algunas tonadas del folklore popular boliviano, a las cuales Alejandro les había cambiado la letra por textos de contenido cristiano: Taita Dios, Cristo glorioso, Virgencita apenada (o A la Virgencita la han apenado) y Virgencita de Cocharcas.

En un principio Takillakkta era un proyecto colectivo, donde cada uno aportaba con sus talentos. Alejandro, quien tenía la voz más potente y era primera voz, le daba energía y fuerza a las canciones. Yo era el compositor de la mayoría de las canciones originales de nuestro repertorio, aunque –como ya he señalado– también tocábamos piezas instrumentales, adaptaciones, melodías populares con letras nuevas, canciones conocidas con letras modificadas y alguna que otra canción compuesta por algún que otro amigo. Ricardo Trenemann, el más versado en técnica y teoría musical, aportaba orden y medida a las composiciones. Pepe Quezada, de ancestros bolivianos,  siempre afable y de buen humor, contribuía con el ritmo, a la vez que aportaba una buena dosis de tranquilidad, especialmente cuando había discrepancias sobre algún punto entre los demás miembros del grupo.

Fue en este período, lleno de entusiasmo ante una tarea que se presentaba como novedosa y abierta a la creatividad, que se definieron las características de Takillakkta. En ese entonces sabíamos de nuestras limitaciones, falta de experiencia y carencia de profesionalisno musical, pero también sabíamos que lo que estábamos haciendo tenía fuerza y empuje, y podía convertirse en algo de relevancia. Así como había grupos y cantores que pregonaban y difundían ideales revolucionarios a través de sus canciones (Inti-Illimani, Quilapayún, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés), así nosotros podríamos llevar a través de nuestras canciones un mensaje cristiano combatiente y rebelde a quienes nos escucharan. No extraña, pues, que una de las canciones que teníamos en nuestro repertorio original era una versión modificada –a fin de matizarle el contenido revolucionario e insertarle un cariz cristiano– de La carta, canción de Violeta Parra que nosotros conocíamos en la versión de Inti-Illimani, o un tema del conjunto peruano Blanco y Negro, con el cual iniciábamos nuestros conciertos, donde Alejandro recitaba con voz estentórea la parte del texto que dice: "¡el poncho que llevamos puesto, ningún carajo lo ha de pisar!" Parte culminante de nuestras primeras presentaciones era la canción El minero de Savia Andina, de profundas implicancias sociales y cristianas, donde Alejandro cantaba también la parte que está en aymara.


EL MINERO

Sombríos días de socavón
noches de tragedia
desesperanza y desilusión
se sienten en mi alma

Así mi vida pasando voy
porque minero soy
minero que por mi patria doy
toda mi existencia

Mas en la vida debo sufrir
tanta ingratitud
mi gran tragedia terminara
muy lejos de aquí

Predestinado a vivir estoy
en el santo cielo
por eso a Dios le pido morir
como buen minero

Coro

Minero cani y llajtaimanta
Minero jina causakuni
Manaimaiphiska thuhuanchu
Suka thullaita sapeskairy

Minero manta llullaykunki
Minero jina causakusa
Jihuancachari causajpari
Wakharicuspa riscuscani


Debido a ciertos primeros modestos éxitos que cosechamos, la institución católica a la que pertenecíamos decidió asignarnos algunas de las invitaciones que le habían llegado para participar en el Jubileo de los Jóvenes, convocado por el Papa Juan Pablo II, a realizarse en Roma en abril de 1984. Este evento sería el precursor de lo que luego se conocería como las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Este fue nuestro momento de gloria, cuando tocamos en un estrado en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en presencia del Papa Juan Pablo II. Exactamente a espaldas de él, pues el Papa estaba de cara a la multitud. Es cierto lo que siempre contaba Alejandro, que el Papa se volteó en una ocasión para ver quién tocaba. Para esa ocasión yo había compuesto una hermosa adaptación de la Oración por el Año Santo de la Redención.

Ninguno de los actuales miembros de Takillakkta estuvo presente en esa presentación. Por entonces no contabamos todavía con un quenista.

Con el tiempo, los miembros originales se dedicaron a otras tareas, por las cuales se vieron obligados a dejar el grupo, y vinieron a ser reemplazados por otros músicos. Cuando, por fin, en el año 1988 se iniciaron las sesiones de grabación que culminarían en la edición de los 2 primeros cassettes de Takillakkta, yo era el único miembro original del grupo que todavía quedaba. Los otros integrantes en ese entonces eran Carlos Aguilar (guitarra, charango y 1ra. voz), Pepe Angeles (charango y 2da. voz), Fernando Valle y Mario Giurfa (zampoñas), Ricardo Gibu (quena) y Víctor "Titín" Díaz (bombo, percusión).

En el año 1989 Javier Leturia asumió la dirección del grupo y culminó las grabaciones en una segunda etapa,  pero ya sin mi participación. Como director del grupo hasta la actualidad, ha ido convocando a diversos músicos que han aportado un sonido más profesional y solidez institucional al conjunto.

Sin embargo, la etapa más creativa e innovadora de Takillakkta quedó definitivamente atrás, no obstante que Ricardo Trenemann volvió a formar parte del grupo durante un breve período de tiempo. Poco a poco, la vena humana, social y poética de muchas de las primeras canciones de Takillakkta se iría diluyendo ante nuevas canciones de escasa creatividad musical y portadoras de una ideología religiosa institucional, con un léxico preestablecido y un discurso limitado, interpretadas -eso sí- con mucho entusiasmo y buena técnica musical.

4 comentarios:

  1. He escuchado a Takillakkta y son muy buenas las canciones, sobre todo las 2 primeras producciones, creo que de una u otra forma imprimian el caracter de lucha, el de alzar la voz y decirle al mundo un ideal "RECONCILIACION".

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  2. las canciones de Takillakkta son muy buenas inspiran a seguir adelante y a responderle al Señor como el merece

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  4. Martin, me gusta mucho tu blog... podrías postear algunas letras y acordes de las canciones? Gracias!!! Me compré un charango y estoy intentando sacar algunas canciones pero hay unas muy difíciles para sacarlas a oido... te agradezco mucho... que Dios te bendiga... Adoro las canciones de TAKILLAKKTA!!!!

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