sábado, 31 de diciembre de 2011

INÉDITAS: CANCIÓN DE CUNA PARA MORIR


Pocas cosas hay tan tristes como la muerte de un niño al poco tiempo de nacer. Y más conmovedoramente triste aún, si ese recién nacido es la única hija muchacha de un hombre y una mujer que sólo han tenido hijos varones. Y pocas cosas tan hermosas como el amor que ese hombre y esa mujer le prodigan a esa niña, a esa palomita de alas raídas que sólo nació para irradiar su belleza tan intíma en ese lapso de tiempo irrecuperable, pero que deja una huella perdurable en el alma.

Esta canción está inspirada en un hecho real, que sucedió hace ya mucho tiempo. Se la dedico con mucho cariño a Vilma y Enrique, que supieron amar la fugacidad de una estrella.


CANCIÓN DE CUNA PARA MORIR

él y ella en su carne en espera
tarde fue, pero fuiste bella
él y ella amaron tu estrella
tan fugaz al alba
alma de luz
calma de tul
fragua de azul esperanza
luna de abril
agua febril
laguna de enagua mansa
cuna de miel
fruta sin piel
frágil ave sin poder volar

duerme, mi niña, duerme en la bruma
duele la astilla ante el sol que se esfuma
duerme mi espina en la flor de la espuma
duele la angustia al verte atardecer al nacer
y qué ha de ser
duerme, niña, en mi frontera que la rueda ha de girar
duerme, niña, en la escalera de la vida en fuga
hacia lo que fue amargura
ahora es ternura
canción de cuna
para morir

él y ella en color de dulzura
sólo ven tu espiga segura
él y ella te hicieron madura
para la cosecha
hecha de arroz
leche y calor
muchacha sabor de almíbar
grano de amor
ramo de sol
paloma de alas raídas
risa de Dios
brisa en adiós
trizas trizas en mi corazón

duerme, mi niña, duerme en la bruma
duele la astilla ante el sol que se esfuma
duerme mi espina en la flor de la espuma
duele la angustia al verte atardecer al nacer
y qué ha de ser
duerme, niña, en mi frontera que la rueda ha de girar
duerme, niña, en la escalera de la vida en fuga
hacia lo que fue amargura
ahora es ternura
canción de cuna
para morir


A continuación, una demo que grabé de la canción:


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Esta obra de Martin Scheuch está bajo una licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.

martes, 27 de diciembre de 2011

INÉDITAS: PEDRO JOSÉ


Hay temas que resulta difícil tratar y que parecen inapropiados para ser abordados en una composición musical, sobre todo si se trata de la historia de un niño que nació para morir. El resultado sólo puede ser una canción triste, como la que ahora doy a conocer.

Pedro José nació un 30 de agosto de 2003. Murio al tercer día de nacido. Sus padres Lily y Gerardo, amigos míos, sufrieron mucho, y yo con ellos desde la distancia de vivir en continentes separados por un océano, tan inmenso como el dolor de ser testigos de una vida tan breve, tan inocente y a la vez tan fugaz. Como si la misión de Pedro José hubiera sido tan solo morir, para dejarnos con eso una inmensa lección de vida. Yo mismo le debo mucho a ese niño, pues la canción que le dediqué en ese entonces –y cuya inspiración le pertenece enteramente– es la primera que compuse en este destierro europeo. Siento como si me hubiera enseñado a seguir plasmando en poesía y melodía un don que nace de las raíces de mi propia vida, y que tengo el deber de seguir enarbolando como testimonio de amor y esperanza.

Lily ha contado la historia de Pedro José en Internet (ver AQUÍ). Yo la cuento ahora a mi manera.


PEDRO JOSÉ

Pedro José
era un niño que iba a nacer
iba a crecer
y dejar su recuerdo ayer
iba a creer
que la vida es fecundidad
que si es breve sólo hay que dar
que la muerte es florecimiento

Pedro José
fue lucero al anochecer
que se me fue
antes del nuevo amanecer
quizá tal vez
no fue tanta mi soledad
qué fugaz fue la eternidad
que fraguaste con tu alborada

Pedro José
tu destino de un día
fue florecer
al amor en la herida
llagada de mis sentimientos
hurgando el tormento
al sentirte
vivir y morir
al cumplir sólo dos mañanas
en la entraña
de esta extraña
tierra huraña
Pedro José

Pedro José
no te fuiste sin conocer
lo que es tener
el cariño de una mujer
al retener
en sus brazos al que se va
en su ocaso a peregrinar
de la muerte hacia el nacimiento

Pedro José
te dormiste en la cuna
y yo no sé
si te fuiste a la luna
a entregar otra vez tu ternura
y mostrar tu bravura viril
de vivir y morir
sin querer aferrarte al viento
ni al momento
pasajero
en mi lindero
Pedro José

Pedro José
era la noche oscura
cuando la fe
te velaba en la altura
de sus sinrazones benignas
mi carne en estigma
al vivir y morir
junto a ti
en estado de nueve otoños
con ensueños
de un retoño
sólo un niño
Pedro José

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Esta obra de Martin Scheuch está bajo una licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.


A continuación, una demo que grabé de la canción:


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jueves, 22 de diciembre de 2011

INÉDITAS: NIÑO


No me ha sido fácil encontrar una imagen apropiada para este post, pues la mayoría de las representaciones del nacimiento de Jesús que conozco están teñidas de una especie de placidez burguesa preciosista, que oculta la humana grandeza de la irrupción de lo eterno en nuestra historia, si es que no la banaliza. Finalmente, me he decidido por el cuadro La Natividad (1912) de Emil Nolde, uno de los más eximios representantes del expresionismo alemán del siglo XX. En la imperfección de los trazos y la crudeza de los rasgos encuentro más profundidad humana que en muchas otras representaciones clásicas o excesivamente cargadas de folklore. Que no voy a negar que también encuentran lugar en mis gustos personales, pero que no encuentro adecuadas para acompañar esta canción navideña que compuse en el año 2001. No se trata de un villancico, sino de una especie de balada en que he incluido algunas imágenes crudas y desgarradoras, sin opacar el significado gozoso de esta festividad cristiana, tratando de evitar caer en la sensiblería fácil y barata que muchos asocian con la celebración navideña.

Como muchas de mis recientes canciones, tuvo un parto prolongado y una historia azarosa, pues fue presentada en un concurso de canciones navideñas donde parece que no gustó, dado que no se ajustaba al estilo ni a la temática de los villancicos tradicionales, y fue descartada en la primera ronda. No ha faltado quien me haya dicho que tiene algunas expresiones de mal gusto, impropias de una canción navideña.

Sin embargo, es una canción que me ha nacido de las entrañas y que me pone muy sensible cuando la canto. Pues me ha ayudado a que perciba a Dios como hermano cercano del barro y de lo frágil, de la nada y de lo efímero, de la ausencia y del dolor, del hambre y de la sed, del amor y de la ternura.


NIÑO

niño
fruto de la esperanza
en tierra de la ausencia
esencia
de la celebración que inciensa
la adoración de su presencia
como ninguna
sol en la cuna
bajo la luna luminosa
de nochebuena
suenan las campanadas
besando la alborada alada
como los labios de mi amada
como la paz de una ensenada
iluminada por las estrellas
y voces bellas
susurrando una canción

niño que alumbra
la sombra del hombre
y derrumba el escombro
de la podredumbre
y de la vieja herrumbre
bajo el derrumbe sin lumbre
de la costumbre insalubre
de la oscuridad

niño
nacido en el estiércol
de la miseria humana
mana
de un manantial su agua pura
para el pastor sediento
viento de la montaña
en la mañana
del nacimiento suyo
luz en el muladar

niño que avienta
la cal cenicienta
del alma sedienta
de faz macilenta
y revienta la fuente
regocijante y fulgente
en la vertiente viviente
de la inmensidad

niño que sana
la caña quebrada
y rebana la insania
de la maña humana
y enrumba la entraña
por la ventana del alba
hacia la aurora dorada
de la navidad


A continuación, una demo que grabé de la canción:

 

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Esta obra de Martin Scheuch está bajo una licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas 3.0 Unported.